Richard
Nixon, cuya sonrisa muy simpática que reflejaba una personalidad triunfadora
sin maldad, y sin nada malo que los ciudadanos pensaran de él, pero las
diferentes críticas que se decían en muchos periódicos y canales de televisión
hicieron que su carisma no fuera el mismo.
Pero
tras el motivo del destallo que se dio con la supuesta desaparición de muchas
personas y el detonante de Watergate, hicieron que las investigaciones
crecieran para el Presidente de los Estados Unidos.
En
tanto y tanto que se molestó a Nixon y con toda la gente estadounidense
expectante a todo lo que aquel iba a decir en su momento, pero sin pensarlo y
con todo el nerviosismo que tenía enfrente el presidente debía cuidar su
lenguaje y su forma de expresión para no quedar mal.
Tras
motivos de tanta insistencia; Nixon se siente muy presionado de la entrevista
tan deseada por varias personas, con un calor enorme que al hablar por celular
se le sentía toda la desesperación y la furia para que las preguntas no lo
hagan quedar en vergüenza enfrente de toda la multitud que lo vaya a ver por
televisión.
Pero
todo debía cambiar en este momento que comienza la entrevista, donde aquellas
preguntas que se le había hecho anteriormente, y en donde la desesperación de
parte y parte se sentía, lo cual Nixon cada vez iba teniendo temor y cada vez
cayendo poco a poco diciendo algo que interesaba a todos.
Nixon,
con su incomodidad por aquellas revelaciones que se están haciendo y no saber
que responder, pero sale diciendo “Todo lo que hice es legal porque soy
presidente”, con el sudor en la frente y las manos temblorosas no sabía que más
responder.
Entonces
las revelaciones ibas cada vez creciendo y aquel presidente iba confesando y
todos los escritos encontrados que no se hicieron públicos una vez salieron a
la luz y el silencio que rodeaba en su rostro lo decía todo.
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